sábado, enero 30, 2010
viernes, enero 29, 2010
Enithien
Enithien es mi amigo imaginario.
No sé si yo lo creé o lo encontré, no lo puedo saber ya que de pronto apareció en mi mente, no sé si lo creé o alguien puso su nombre en mi mente y a partir de ahí cobró vida. Me llevó tiempo saber quién era Enithien, después de decir su nombre empezó a cobrar forma, primero fue un punto en mi mente, después una línea, después una figura de muchos lados desiguales, después empezaron a dispersarse los lados para articularse más formas, después empezó a adquirir rasgos humanos, a veces era hombre y a veces era mujer, poco a poco empezó a vestirse de formas distintas, tenía muchas formas de combinar la poca ropa y los pocos colores de ésta, día a día iba creciendo su tamaño porque yo decidía que así fuera. Le enseñé a hablar poco a poco, no le costó mucho trabajo porque parecía que lo que yo le enseñaba ya lo sabía, yo decía una palabra y el la repetía de forma idéntica, al final parecía entender las palabras pero no podía articular pensamientos propios, era bastante imbécil. Al ver mi superioridad empecé a pedirle cosas absurdas: que cuando yo volara en mis sueños corriera justo debajo de mí por si caía; que en las noches mientras yo estuviera dormido se comiera todos los vegetales y frutas del mundo que pudiera; que aventara animales al sol para ver si lo podía apagar; que buscara y les pidiera a las peces que cantan que lo hicieran a no menos de 7 kilómetros de la playa; cosas sencillas para alguien como él/ella.
Esta noche le pedí que matara al monstruo que está en mi armario, con sólo pensarlo le di más estatura (ya era bastante más alto que yo), más volumen y más palabras para que pudiera enfrentar a lo que me espantaba en las noches desde hacía varios años. Al dirigirse a mi armario vi que llevaba algo en la mano, no le puse atención porque pensé que me había equivocado, yo no le había dado armas físicas para pelear, cosa que me alarmó porque era dejarlo en desventaja. A los pocos segundos escuché un grito infrahumano salir de mi armario, después, la eternidad… no sé cuánto tardó en salir Enithien, pero no era lo mismo que entró: la figura que en este momento está delante de mí lleva un cuchillo en la mano que está ahí porque la misma criatura lo imaginó, ya piensa y eso lo noto por su mirada, penetrante y asesina, en la otra mano lleva lo que es una pata/pezuña/garra/mano que, presumo, pertenece al que un día fuera un monstruo imaginario que vivía en mi clóset, asesinado por Enithien, quien me mira fijamente mientras aprieta con una mano la pata/pezuña/garra/mano y con la otra un cuchillo manchado de sombras en unas partes y manchado de luz lunar en otras, Enithien me mira fijamente…
… tengo miedo…