domingo, abril 30, 2006

Agua

Sonó el teléfono, al escucharlo, las avestruces corrieron asustadas, algunas escaparon del corral y se perdieron en la montaña, a una la encontraré mañana sepultada en la playa. Contesté el teléfono lástima que no estés aquí, pero sí estoy aquí. Hubiera podido ver el eclipse, pero estaba bajo tierra; comí de los árboles y maté animales con mis manos y piedras y comí carne cruda hasta que vi el fuego.
Soy... podré viajar fuera del planeta y confundirme con la tierra que ennegrece mis uñas. Salí a caminar un poco, hace tanto que estoy solo. Respiro la semilla verde que nutre la tierra, no sé qué hago aquí, pero respiro. Tenía mucho frío, el vello de mi cuerpo resopla, vi un camello sin pelo. El sol de estos días de invierno, eterno, me vuelve insensible. Quisiera, al igual que ayer, volver a montar una llama y perderme en la neblina y atravesar la inmensidad de la luz, del sol, pero no puedo, porque soy un criador de ranas.

miércoles, abril 26, 2006

Jeffty

En ocasiones me despierto en la noche llorando, con hambre, a veces orinado, sin poder hablar ni hacerme entender. Esa noche me despertó un ruido en la habitación de mis padres, siempre duermen con la puerta abierta, como pude salí de mi prisión (entiéndase cama) y me dirigí a ver qué había pasado. Salí de mi cuarto, vi el pasillo oscuro y me dio miedo y estuve a punto de regresar, pero escuché un grito ahogado, tenía que ver qué pasaba, cuando llegué al cuarto de ellos me asomé de manera cautelosa: el piso estaba lleno de arañas, todas corrían alrededor de la habitación en una danza macabra, su objetivo parecía ser subir a la cama de mis padres, cuando vi que varias de ellas entraban y salían del cuerpo de mis padres comprendí: los habían asesinado, y se alimentaban de ellos.

Corrí a la cocina, tenía que hacer algo, esas malditas los habían matado y lo más seguro es que después fueran por mí, sin la protección de mis padres podían llegar a mi recámara para acabar conmigo, tenía que hacer algo para evitarlo. Me costó trabajo abrir el cajón de los cuchillos, pero lo conseguí, agarré el más grande que había, eso y un sartén eran mis armas, cuando iba regresando vi que había unas pocas arañas en el pasillo, parece que ya iban a por mí. Al verlas grite y corrí hacia ellas (tenía que aprovechar el factor sorpresa) aplastando a toda aquella que veía con el sartén, entre a la habitación y seguí con la masacre, noté que los cuerpos de mis padres se convulsionaban, me imagino que ante mis gritos de ira las arañas que estaban dentro de sus cuerpos se sorprendieron y se movieron todas a la vez. No perdí tiempo y busque a la que podía ser la araña líder, la ubiqué en la boca de mi madre. Me abalancé sobre ella, tomé el cuchillo y empecé a destazarla, a toda aquella que salía no la dejaba viva, enseguida me abalancé sobre las arañas que estaban en el cuerpo de mi padre y realicé la misma acción, tasajear hasta que no quedara ninguna.

Al terminar estaba cansado y casi dormido y me dirigía a mi habitación cuando pensé que las arañas sobrevivientes podían reorganizarse, regresar y vengarse, decidí salir de las casa e ir con la vecina, a veces mis padres me dejaban con ella cuando salían, como ya no estaban vivos pensé que era la misma situación. Por ser de madrugada se despertó molesta, me preguntó qué había pasado. Le conté que odio a las arañas.

Me gusta este lugar, me atienden bien, todas las mujeres se parecen a mi madre y me tratan como si lo fueran y eso me da tranquilidad. Hoy en la tarde vinieron mis padres a visitarme, no entendía cómo podían estar aquí si las arañas los habían asesinado, estuvieron conmigo unas horas, cuando se fueron entendí qué pasaba: no eran los mismos, ni siquiera eran ellos, eran unas marionetas: del bolso de mi madre sobresalían telarañas.

jueves, abril 20, 2006

En el dentista

La sonrisa más honesta que he tenido en el último mes

jueves, abril 13, 2006

Nostalgia

Odio las arañas, pero les doy de comer cuando tú no estás.

jueves, abril 06, 2006

El dulce canto de las almohadas

Navegar por este mar que me lleva al mismo sitio (las olas siempre son olas, todo es igual en la plenitud de la monotonía) es una estrategia que no me pertenece, porque combatí una guerra que no era la mía, el regreso a mi hogar me hace confrontar lo que veo, por lo que paso, y mi meta es saber que algún día llegaré.
Según Tiresias, el adivino, estamos por atravesar la isla de las sirenas, a lo lejos vemos varios barcos encallados en las inmediaciones, le ordeno a mi tripulación que se tapen los oídos con cera y que me aten al mástil, no quiero perder esta oportunidad, he escuchado decir que el canto de estas criaturas es el más bello que existe, que es capaz de hacer perder la razón a quien lo escucha, veamos que tan acertado es esto.
Estoy atado y a la expectativa, veo la isla y en la playa alcanzo a distinguir, a pesar de la distancia, a bellas criaturas en medio de osamentas de hombres, al acercarme más logro ver que son cientos de sirenas las que están en la playa descansando, en cuanto la primera distingue la nave empieza el coro… y tenían razón, es lo más bello que halla escuchado jamás …cantaban, haciendo resonar su hermosa voz, y mi corazón quería oírlas. Siento el canto como una ligera brisa, como estar en medio de olas gigantescas, es un canto que me atraviesa y me hace sentir vulnerable, un canto que me hace reír como un loco y que me hace llorar por la belleza que encierra, es como estar en medio del bosque y escuchar al mismo tiempo a las aves y a las bestias salvajes, es un canto que me hace olvidar todo, que me atrapa y me deja solo.
No fue mucho tiempo lo que duró nuestra travesía a través de la isla, pero el tiempo en momentos como éste no tiene medida, es algo eterno que me seguirá por siempre.
Veo como muy lentamente se acerca uno de mis hombres quitándose la cera de los oídos, veo que mueve la boca y creo que me está preguntando algo, me desata mientras sigue hablando, yo no escucho nada, me tambaleo porque mi equilibrio está afectado, de verdad no escucho nada, todo el mundo está en silencio, como si no se atreviera a profanar lo que ha pasado, como si todo fuera un simple simulacro de lo que pasó, como si después de este canto el mundo no tuviera nada que decir. Y me asusta pensar que así sea.
Quisiera recostarme en mi lecho, estoy cansado y triste, voy a casa a encontrarme con mi esposa y mi hijo, a los que tuve poco tiempo por partir a esta estúpida guerra, de verdad quiero verlos, pero por el momento tengo que seguir dirigiendo el viaje, hemos de afrontar más calamidades, pero sé que en cuanto llegue a mi lecho trataré de regresar (sin importar el peligro de perderme) a este lugar que espero nunca me abandone en sueños: deseo que la almohada tenga un poco del dulce canto de las sirenas, espero que la almohada tenga un dulce canto siempre que vaya a acostarme.

Un día en el precipicio

…y voy
empieza el viaje y no puedo reaccionar, mi pensamiento se desarrolla de una forma increíble, siempre fui malo en la escuela y no me acuerdo nada de las leyes de la física, sólo sé que si una manzana estuviera a mi lado estaríamos a la misma distancia del fin, mi niñez pasa entre nubes, creo que nunca estuvo ahí, sólo un recuerdo lejano, no pienso en los años que tengo porque sé que la gente dirá “era tan joven, cómo alguien como él...”, me desespera pensar en lo que los demás querían de mí, estoy haciendo algo en lo que no creo pero de lo que me hago responsable, mis ojos se cierran, quiero estar presente pero creo que siempre he sido un cobarde, por eso es que hago esto, creo que ya no podré soñar más, soñar es lo único que me hubiera podido detener, esto no es lo que me hubiera esperado, creí que podría detenerme en algún momento, estoy desesperado por acabar, es un momento de total comprensión, todo tiene sentido, podría decirles la verdad a todos aunque no me pusieran atención, tengo tanta energía en este momento que, literalmente, la tierra se va a abrir ante mí, únicamente para mí, como si siempre me hubiera esperado, no puedo retar a mi destino y esperar salir ileso, en este momento podría abrazar a las personas que más odio, podría matarlas con la certeza de no cargar ninguna culpa y sin recibir castigo, porque tengo la verdad y lo entiendo, voy a una velocidad increíble, como todo el mundo, pero yo lo acepto, soy causa de mi desgracia y la miro con agrado, lo que más quiero es sonreír, pero me siento vacío y sin ninguna razón para hacerlo ¡Por DIOS! me estoy consumiendo sin sentir y lo que me da más miedo es que mi final será así, lo único que quiero es dejar de pensar, todos los viajes son largos, pero éste no creí que me tuviera tan impaciente, esto me hace sentir tan pequeño, estoy ante algo que me espantaba en las noches, algo que esperaba ver en el espejo todos los días, algo que según leí un vez estaba a un brazo de distancia a mi izquierda, nada me hubiera podido preparar para esto y es mejor así, estoy vivo, siento como mi cuerpo se rebela ante el mundo, trata de mantenerse unido pero la fuerza del suelo que me detiene hace que me sienta como un pobre diablo, he perdido la batalla, mi interior físico sale del cuerpo en cámara lenta (o así me parece), a lo lejos escucho a muchas personas gritar, algunas lloran, aunque quisiera moverla no puedo y mantengo la cara contra el piso, quiero gritar pero no puedo y no vale pena recordar porque hice esto, creo que no tenía ninguna razón, simplemente iba en la calle, sin querer despertar mañana, miré hacia arriba y vi un edificio y se acaba mi tiempo y creo que tengo miedo porque hasta esto se me hace algo irrelevante para el mundo...