El rumor lo ubiqué debajo de mi cama, empezó como un lejano zumbido y llegó a sonar como si estuviera al lado de un avión aterrizando, cuánto tiempo? no lo sé, primero la ensoñación y después el sangrado de mi nariz no me permitieron darme cuenta del tiempo que pasó. Al levantarme y mirar por la ventana vi que muchos vecinos también se habían despertado, no sé si con ellos el evento fue igual, me puedo imaginar que algunos lo escucharon primero en la tele o en la estufa o en el refrigerador o en el clóset o en el baño, puedo suponer dónde empezó para ellos porque vi que algunos se quedaron viendo la tele o calentando algo de comida o tomando algo del refri o sacando ropa para vestirse o bañándose, lo sé porque a mí el rumor me había dejado un vacío al irse, y ese rumor me pedía a gritos que regresara a mi cama a dormir. Mañana trataré de explicar lo sucedido. Mañana... unas horas separan al mundo de su realidad...
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